martes, agosto 09, 2016

Cocineros apasionados Vs. cocineros honestos

Uno de los cambios silenciosos que ha sufrido la gastronomía en los últimos tiempos, es la práctica desaparición de la crítica y de los críticos gastronómicos

Un hecho sutil y contemporáneo, que poco a poco ha ido desplazando el criterio y los argumentos a favor del mundo del marketing. Un momento singular, gracias a las nuevas formas de comunicación, en el que profesionales de la crítica y de la cocina comparten escenario divulgativo, siendo totalmente novedoso que los cocineros puedan comunicar por sí mismos de una manera cercana y directa, sin que sea expresamente necesaria la figura de un crítico para llegar a su público potencial.

El cocinero ha pasado de sentirse cuestionado por la crítica y no tener el control de su imagen, a dirigir su marca desde aspectos completamente nuevos. Parte del nuevo análisis culinario es un gran algoritmo cuyo origen son cientos de opiniones de bajo impacto, con las que crear un dato que posicione el restaurante, como por ejemplo hace TripAdvisor. Ya no importa lo que opine un señor serio con corbata, la información es ahora una gigantesca media aritmética generada por no se sabe quién ni con qué criterio, pero es anónimo y nos quita de esa incomoda sensación de cuestionar a nuestros, ahora ya, amigos cocineros.

Porqué esa es otra. La distancia afectiva entre crítica y cocina siempre había sido lo suficientemente amplia como para un crítico se pudiera poner por encima de un cocinero, algo que siempre les ha sentado a rayos, pero que formaba parte del paradigma de fiscalización y promoción que todos aceptaban. Pero ahora los chefs no necesitan per se el aval de la crítica, porque son figuras cercanas, accesibles y sus méritos culinarios cuentan con la admiración del gran público, que los ha conocido mucho más íntimamente después de todo el boom televisivo.

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